Thursday, July 19, 2007

Firma

Sonó su despertador a las 2 de la mañana. Realmente no lo necesitaba dado que no había podido dormir ni un minuto, pero al momento de acostarse creía con todo su ser que iba a dormir como hace mucho no lo hacía. Otro día más en el que tenía que trabajar de noche, que tenía que hacer cosas que no podían hacerse de día. Estaba cansado pero no tenía muchas opciones en ese momento.

Pero esa madrugada iba a ser muy diferente. Bajó lentamente, sin encender la luz dado que sus ojos ya estaban acostumbrados a esa oscuridad, encendió la computadora y empezó a trabajar. Terminó su trabajo más pronto de lo normal y pensó en subir a acostarse, pero sabía que no iba a dormir así que se quedó abajo visitando páginas que no tenían lo que buscaba, y platicando con personas que no decían lo que a él le gustaría leer.

Puso música para hacer más entretenida su vigilia y comenzó a cantar. Maldito sea tu nombre, sombras en la oscuridad, pensando en tí, pacto con el diablo. Fue en esa canción que recordó sus juegos de secundaria, los símbolos que dibujaban en el piso, en la oscuridad con la luz que 5 velas podían proporcionar, creyendo que tenían algo que ofrecer a cambio del éxito. Recordó aquellos juegos de niños, aquellas lejanas noches en que con una firma ofrecían su alma a cambio de riquezas y mujeres.

Se fue a acostar, aunque no pudo dormir ni un minuto.

Al día siguiente, muy temprano, recibió una llamada. Por fin habían autorizado el crédito para la casa que quería comprar. Llegó al lugar de la cita y leyó detenidamente los papeles.

Con mano temblorosa comenzó a garabatear su firma. Al terminar de firmar se dio cuenta que no iba a obtener riqueza, que no iba a obtener mujeres, pero que había empeñado su alma por los próximos 20 años.

(Cuento inédito, Julio 2007)

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