Escrito.
La pluma resbalaba de su mano. La sujetaba con fuerza para que no escapara. Tenía meses sin poder escribir algo coherente y no pensaba continuar así.
Mojó la pluma en el tintero y comenzó a escribir sobre el papel amarillento. Letra por letra logró formar una palabra, y luego otra mas. Quizá a la pluma le gustó lo que estaba escribiendo o simplemente decidió no continuar luchando y dejarse someter por la fuerza de aquella mano.
Minutos más tarde, aquel escritor frustrado había terminado. Tenía por fin ante sí algo escrito que parecía poner fin a la maldición que lo había perseguido.
Leyó lo que había escrito:
"Por cambio de profesión, se vende todo lo necesario para convertirse en escritor (incluyo cuentos inconclusos)"
Salió y colgó el cartel en la puerta. Tomó su laúd y se dirigió a la plaza a probar suerte como trovador.
(Cuento inédito, Abril 2007)
0 Comments:
Post a Comment
<< Home