Rosca de Reyes
Tomó el cuchillo con mano temblorosa, faltaban solamente él y 3 personas más de tomar su rebanada de rosca de reyes. Sabía que era muy probable que él escogiera el trozo con premio, aunque en este caso pudiera considerarse como un castigo.
Primero pensó en partir el trozo que tenía la nuez más grande en la parte superior. Pero pensó que la nuez presagiaba la existencia de algo más que fruta seca bajo sus entrañas. Así que armándose de valor y sosteniendo el cuchillo con las dos manos para que no notaran su nerviosismo cortó un trozo que solamente tenía un poco de azúcar en la parte superior. Cortó primero por la izquierda y luego por la derecha.
Los que ya habían cortado su parte lo miraron con lástima. Los que faltaban de cortar el pedazo de rosca lo miraron con un alivio tremendo.
Del extremo derecho asomaba un bulto rosado, estuvo a punto de soltarse a llorar pero sabía que debía tomar las cosas con calma. Era un orgullo el encontrar el dedo meñique en la rosca de reyes. El dedo meñique del último miembro de la familia que ofreció su carne para alimentar a toda la tribu desde el pasado día de reyes. El dedo meñique que obligaba a la familia ganadora a sacrificarse por su pueblo. El dedo meñique de la rosca de reyes.
(Cuento Inédito, Enero 2007)
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