Despertar
Abrió los ojos lentamente, poco a poco la luz fue entrando y comenzó a brindarle destellos del lugar donde se encontraba. Su cerebro comenzó a componerle las imágenes que recibía y estas imágenes empezaron a despertar sus recuerdos.
El día anterior había salido con ella, no era la primera vez que lo hacía pero si era una ocasión especial porque estaba dispuesto a declararle su amor esa noche.
La conoció hace algún tiempo, vagando por las calles de su ciudad después de tomarse un café en un local céntrico. Ella caminaba lentamente pero muy decidida, para cualquier espectador ella caminaba sin rumbo fijo y con la mirada perdida, pero a él le pareció que ella no dudaba del rumbo que tomaban sus pasos y quería saber cual era.
La abordó tímidamente, le preguntó la hora, le comentó sobre el clima extraño de la ciudad y otras tantas tonterías que pregunta uno cuando conoce a alguien. Ella al principio lo ignoró, dado que por su aspecto no es muy común que la gente se acerque a ella pero poco a poco se fue relajando y al final de su caminata se podría decir que eran "nuevos conocidos".
Desde esa vez comenzaron a verse y esas salidas se hicieron más frecuentes, salidas a conciertos, idas al cine, tardes de lectura, noches de cafés, etc. El empezó a fijarse en los detalles que le gustaban de ella, su cabello negro y ondulado, su piel blanca, sus ojos grandes y oscuros, e incluso su manera tan particular de reír. Así fue como decidió hablar con ella esa noche.
Salieron de tomar un café, y caminaron por las calles solitarias mientras el sol se iba escondiendo. Iban platicando del último libro leído por ambos y de las decisiones que ellos hubieran tomado si fueran el personaje principal del mismo.
Después de atravesar una avenida y pasar por un ruidoso bar él la detuvo, la miró directamente a sus grandes ojos y le dijo:
- Sabes algo? Este tiempo a tu lado ha sido maravilloso. Quisiera estar eternamente a tu lado.
Ella se desconcertó y bajó un poco la mirada, había pasado buenos momentos a su lado pero no esperaba una confesión así. Ella era un alma solitaria.
El notó ese cambio y casi pudo ver los pensamientos que pasaban por la mente de ella. Sintió como las mariposas que sentía en su estómago dejaron de revolotear como si todas hubieran muerto al mismo tiempo.
Una lágrima empezó a salir de su ojo derecho, antes de que la compañera del ojo izquierdo atinara a salir a alcanzar a su amiga ella estiró la mano y la introdujo rápidamente en el cuerpo de él. Tomó en su mano el corazón que latía muy rápido y lo arrancó. Lo observó unos segundos, sintiendo como la palpitación se hacía cada vez más esporádica hasta que ya no hubo ninguna palpitación más y lo tiró en la banqueta.
El sintió un dolor muy fuerte, pero posteriormente la calma lo invadió y sus ojos se cerraron. La última imagen registrada fue la mirada penetrante de ella.
Abrió los ojos lentamente, poco a poco la luz fue entrando y comenzó a brindarle destellos del lugar donde se encontraba. Su cerebro comenzó a componerle las imágenes que recibía y estas imágenes empezaron a despertar sus recuerdos y estos recuerdos le dieron sentido a lo que veía. Estaba acostado, en un cuarto muy reducido con las paredes y el techo recubiertos de tela. Un olor peculiar, quizá nauseabundo inundaba sus sentidos. Después de pensar un poco pudo deducir donde se encontraba. Cerró los ojos, vio la mirada penetrante de ella y despertó.
(Cuento inédito, Julio 2006)
2 Comments:
Dudo sobre si es correcto, o más bien, si debo meter mi cuchara en tu proceso.
Sin embargo, me gustó mucho tu cuento. Tanto, que a pesar de la duda, me atreví a escribirlo. :)
No hay ningún problema, de hecho agradezco cualquier comentario que me hagan sobre mis cuentos o sobre mis locuras que escribo.
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