Thursday, January 01, 2009

Mascota

Con una maestría que solamente los años podrían darle empezó a mover el nano-bisturí de un lado para otro, con la mano derecha cortaba por aquí y por allá uniones microscópicas de Tiamina, Adenina, Citosina o Guanina, mientras que con la misma maestría con la mano izquierda las reacomodaba, creando lazos donde no existían. Divagaba comparándose con un Mozart cualquiera, creando una sinfonía con breves movimientos de su mano.

Siguió haciendo lo mismo por varios minutos, no sin antes compararse con Dalí o Picasso, diciéndose que era casi un pintor que en lugar de usar lienzo y pincel creaba arte con nucleótidos.

Realizó algunos ajustes, agregando fosfatos por aquí y por allá para las uniones. Se criticó por casi poner 3 Adeninas sin ninguna Citosina intermedia pero afortunadamente se dio cuenta a tiempo. Revisó lo que había hecho y con una sonrisa de satisfacción encendió el útero artificial y esperó.

En cuestión de segundos un embrión empezó a crecer de la nada y al cabo de unos minutos se escuchó un leve aullido.

Se acercó a la incubadora y lo vio con el cariño que un padre ve a un hijo. Bueno, casi.

Esperó unos minutos más y abrió la tapa de vidrio. Sintió la pequeña lengua lamiendo su mano y lo levantó con suavidad.

Lo acercó a su pecho y le susurró al oído:

-"Te llamarás 2009"

Como respuesta recibió un tenue ladrido de su creación. Un perro que viviría exactamente 365 días gracias a su ADN.

(Cuento inédito, Enero 2009)